AUTOR: ÁLVARO RUÍZ PAVÓN
La
idea de poder pagar en un supermercado con un simple movimiento de smartphone
sucumbe cada vez más a las exigencias de los consumidores “geek” (esos apasionados por la tecnología) y de los no tan
modernos. El pago a través de nuestro teléfono es algo de lo que se viene
hablando en los últimos tres años y poco a poco se está convirtiendo en
realidad gracias a la tecnología NFC. NFC (Near Field Communication) es un sistema mediante el cual, en el
momento de efectuar un pago en cualquier establecimiento, podemos crear una
conexión inalámbrica entre el móvil y el terminal de cobro al más puro estilo
“bluetooth”. Mediante esta conexión, el terminal pide permiso al teléfono para
acceder a una aplicación previamente descargada donde tengamos vinculada
nuestra tarjeta de crédito, esto lo hace pidiendo un número pin como si
estuviésemos pagando con ésta, pero con la ventaja de necesitar únicamente
nuestro móvil. Una vez que la transacción se ha verificado, el terminal pasa a
cargar en nuestra cuenta esa cantidad de dinero, ahorrándonos tener que andar
con tarjetas.
Este método de pago está bien extendido en países asiáticos como Corea del Sur, China o Japón, sin embargo apenas está comenzando a despegar en el territorio occidental debido a la (cada vez menos) reticencia de los fabricantes en dotar a sus Smartphone con este chip, y a la misma de los comercios en implantar este sistema de cobro. Sin embargo, la tecnología de pago NFC cada vez está más cerca y ya son bastantes las grandes cadenas que están comenzando a dar los primeros pasos para la adopción de este servicio, como Visa y MasterCard, que ven al NFC una oportunidad para expandir su negocio aprovechando nuevas formas de pago.
McDonald,
Starbucks o incluso la EMT madrileña han comenzado su andadura en
este terreno, aunque no será hasta dentro de unos años cuando podamos disfrutar
de este sistema de pago en todo su potencial. Mientras tanto solo podemos
especular e imaginar cómo vamos a poder hacer la compra una vez que nos hayamos
quedado sin batería.
¿Y qué hay más allá de los pagos por
NFC?
En
un futuro no muy lejano, los expertos apuestan por la transición a un modelo de
interacción basado en el reconocimiento de la huella dactilar.
Imaginémonos poder efectuar nuestras compras con un toque de dedo, suena a
guion de película americana, sin embargo ya son algunos los establecimientos
que ofrecen una variante de este servicio para reconocer a sus clientes. Sin ir
más lejos, la cadena de gimnasios GoFit ya dispone de unos tornos de
entrada a sus instalaciones aprovechando esta técnica, por la cual solamente
hace falta pasar el dedo para poder entrar.
Este
concepto de pago está más cerca de lo que pensamos, en España ya existe una
empresa llamada Paytouch encargada de proveer a los establecimientos de
esta tecnología. Sus usos no son todavía los de poder pagar obviando la tarjeta
de crédito, sin embargo, pueden resultar bastante interesantes en sectores
hoteleros y dedicados al turismo, donde la cadena hotelera Palladium es
pionera. Por ejemplo, podríamos entrar a una habitación de un hotel simplemente
con tu huella dactilar, o disfrutar de servicios adicionales en un crucero
contratándolos al instante pasando nuestro dedo por un terminal.
Todo
ello va encaminado a mejorar la experiencia de compra para el usuario y
a ahorrar en gastos para la empresa al agilizar el proceso. Quizá lo único que
se pretenda sea eso, o quizás el hacer del proceso de compra un proceso
intuitivo tenga el trasfondo de aumentar el consumo al hacer tan sencilla una
compra que en ocasiones perdamos la noción del valor de dinero que
estamos gastando.
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