Autor: Álvaro Ruiz Pavón
Todos conocemos el significado de monopolio, esa situación en la que
existe un único productor para un número mayor de compradores, provocando la
libertad de éste para controlar los precios al ser el único que produce ese
bien.
Pues bien, ¿Y si en vez de un productor con muchos compradores, existiesen muchos
productores para un solo comprador? Si, cuesta imaginarlo pero existe y su
nombre es monopsonio. Imaginémonos
por un momento una empresa dedicada a la producción de camiones de basura cuyo
único consumidor es el estado, conforme la necesidad de camiones del estado va
aumentando, la empresa productora debe incrementar su producción creándose así
una dependencia del productor hacia el comprador.
Aquí es donde entra en juego el poder de negociación, supongamos ahora
que el estado encarga a esta empresa una cantidad de 100 camiones para el
inicio del nuevo año, y ésta solo puede producir 80 por lo que aumenta su
producción para alcanzar la cifra pedida y no dejar que otra empresa se haga
con "parte del pastel". Si no aceptase no tendría comprador a quien
colocarle su stock de camiones, y sí si aceptase tendría que invertir en una
ampliación de su cadena de montaje. Si cada año la necesidad de camiones se va
incrementado a causa de un incremento en la población (120 al año siguiente y 140 al otro), la capacidad productiva de
ese proveedor tendrá que volver a aumentarse, lo que le llevará a una condición
en la que, si el estado decide cambiar de proveedor, la empresa fabricante se
encontraría con un stock imposible de
vender y una cadena montaje infrautilizada que solo le estaría acarreando
gastos.
Por tanto, el estado sería quien estuviese
llevando los pantalones de esa relación, ya que si el productor no cumple con
las exigencias que el comprador le pide, este podría cancelar la relación
provocando importantes pérdidas en la empresa.
Este fallo
de mercado al que solo puede acudir estado y grandes empresas suponen un
importante riesgo para proveedores los cuales se ven en ocasiones en un
callejón sin salida por las exigencias de sus compradores. En el caso de Apple,
el exponencial crecimiento de las ventas de iPhone obligó a los proveedores de
sus componentes a incrementar su capacidad productiva a unos niveles en los que
si no aceptasen las condiciones de Apple y ésta los sustituyese, provocarían la
quiebra de estos.
Vemos así que no siempre son productores o
fabricantes quienes marcan las pautas de la relación compra-venta, sino que hay
ocasiones en las que son los propios compradores quienes eligen (y a veces, determinan) la distribución,
la cantidad e incluso el precio al que van a adquirir el bien en el mercado.
Desde un punto de vista "oscuro", el monopsonio puede verse
también como una práctica a llevar a cabo para hacerse con la propiedad de una
empresa proveedora a coste cero. Esto es, aumentar la capacidad del proveedor
hasta picos muy altos, dejar de comprarle para que se encuentre en una
situación de pérdidas y poder hacerte con la empresa a un precio muy inferior
al inicial. En un sentido muy gráfico y figurado, y para que nosotros lo
entendamos, los proveedores serían cerdos que habría que engordar para después
matarlos.
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