martes, 26 de febrero de 2013

Monopsonio, el poder de negociación extremo.


Autor: Álvaro Ruiz Pavón



Todos conocemos el significado de monopolio, esa situación en la que existe un único productor para un número mayor de compradores, provocando la libertad de éste para controlar los precios al ser el único que produce ese bien.

Pues bien, ¿Y si en vez de un productor con muchos compradores, existiesen muchos productores para un solo comprador? Si, cuesta imaginarlo pero existe y su nombre es monopsonio. Imaginémonos por un momento una empresa dedicada a la producción de camiones de basura cuyo único consumidor es el estado, conforme la necesidad de camiones del estado va aumentando, la empresa productora debe incrementar su producción creándose así una dependencia del productor hacia el comprador.


Aquí es donde entra en juego el poder de negociación, supongamos ahora que el estado encarga a esta empresa una cantidad de 100 camiones para el inicio del nuevo año, y ésta solo puede producir 80 por lo que aumenta su producción para alcanzar la cifra pedida y no dejar que otra empresa se haga con "parte del pastel". Si no aceptase no tendría comprador a quien colocarle su stock de camiones, y sí si aceptase tendría que invertir en una ampliación de su cadena de montaje. Si cada año la necesidad de camiones se va incrementado a causa de un incremento en la población (120 al año siguiente y 140 al otro), la capacidad productiva de ese proveedor tendrá que volver a aumentarse, lo que le llevará a una condición en la que, si el estado decide cambiar de proveedor, la empresa fabricante se encontraría con un stock imposible de vender y una cadena montaje infrautilizada que solo le estaría acarreando gastos.
Por tanto, el estado sería quien estuviese llevando los pantalones de esa relación, ya que si el productor no cumple con las exigencias que el comprador le pide, este podría cancelar la relación provocando importantes pérdidas en la empresa.

Este fallo de mercado al que solo puede acudir estado y grandes empresas suponen un importante riesgo para proveedores los cuales se ven en ocasiones en un callejón sin salida por las exigencias de sus compradores. En el caso de Apple, el exponencial crecimiento de las ventas de iPhone obligó a los proveedores de sus componentes a incrementar su capacidad productiva a unos niveles en los que si no aceptasen las condiciones de Apple y ésta los sustituyese, provocarían la quiebra de estos.

Vemos así que no siempre son productores o fabricantes quienes marcan las pautas de la relación compra-venta, sino que hay ocasiones en las que son los propios compradores quienes eligen (y a veces, determinan) la distribución, la cantidad e incluso el precio al que van a adquirir el bien en el mercado.

Desde un punto de vista "oscuro", el monopsonio puede verse también como una práctica a llevar a cabo para hacerse con la propiedad de una empresa proveedora a coste cero. Esto es, aumentar la capacidad del proveedor hasta picos muy altos, dejar de comprarle para que se encuentre en una situación de pérdidas y poder hacerte con la empresa a un precio muy inferior al inicial. En un sentido muy gráfico y figurado, y para que nosotros lo entendamos, los proveedores serían cerdos que habría que engordar para después matarlos.

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